UC - Críticas
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Digna Sinke Guion: Digna Sinke Producción: Wilant Boekelman, Jan van der Zanden Fotografía: Richard van Oosterhout Montaje: Michiel Reichwein Música: Paul M. van Brugge Duración: 80 m. País: Holanda Año: 2008 |
LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD EN UNO MISMO
“Atlantis” es una oportunidad de acercanos a una filmografía tan desconocida como la holandesa. Su directora Digna Sinke proviene del documental, pero aquí a penas se nota y se atreve después de muchos años sin rodar ficción, con esta historia entre un cuento deudor de “Alicia en el país de las maravillas” y la parábola futurista de las novelas de Orwell o Huxley.
Ambientada en un futuro cercano, "Atlantis" nos muestra una sociedad en perfecto orden en la que todo el mundo parece ser feliz y en la que el pasado ha sido declarado tabú. Sin embargo, Xenia, de 14 años, es diferente del resto de las chicas. Sólo se siente unida a su hermano Arnout, con el que comparte vagos recuerdos de otros tiempos leyendo periódicos antiguos de forma clandestina. Todas las mañanas le cuenta sus sueños, que en su mayoría plantean preguntas sin respuesta. Un día, de camino a la escuela, se le acerca un señor mayor y le pide que entregue una carta a una tal Agnes que vive en la isla de al lado. Al principio, Xenia se niega, ya que la isla es territorio prohibido. Sin embargo, ante la insistencia del hombre, Xenia, dubitativa, acepta la carta.
El resultado es un producto con cierto interés, curioso, bien filmado y acabado y con una convicente adolescente Carla Hardy como protagonista de la aventura. El final tiene varias lecturas y podría dejar en el espectador el mensaje erróneo de que sólo aceptando el sistema y no rebelándose contra él se puede llegar a ser feliz. No es ese el mensaje que pretende dar esta vitalista historia, sino que el sentido de ese viaje iniciático de una chica que se rebela contra el sistema y su destino, concluye con una aceptación del yo interior para alcanzar la madurez y por extensión la felicidad con uno mismo.
La película no es brillante, pero si estimable, y nos plantea algunos lugares comunes en la historia, es decir, no es tan original como parece, pero tiene una cadencia que enganchará a los espectadores pacientes con ganas de ver cine independiente y Sinke sabe sacarle mucho partido a su cámara, realizando una película visualmente muy bella a la que sólo le falta echar el resto en la reflexión social que propone.